Volvió la mejor España cuando más apretaba el sol, para espantar las sospechas que dejó en el Europeo de hace dos meses y quedarse a un milímetro de los Juegos. Después de un triunfo brillante y rotundo contra Eslovenia, solo las matemáticas le impidieron celebrar el billete olímpico, aunque haría falta una hecatombe este domingo ante Brasil (17.45, Tdp) para quedarse sin Juegos. Le valdría caer hasta por 18 tantos si antes (15.15) Eslovenia cumple y derrota a la eliminada Bahréin.
Tras el pésimo campeonato continental de casi todos, a nadie encumbró más esta victoria de peso que a Gonzalo Pérez de Vargas. En enero, en la negra noche contra Croacia, el meta se marchó con una única parada en 26 lanzamientos. No se encontraron precedentes de semejante agujero. Este viernes, ante Eslovenia, el portero toledano alumbró una actuación portentosa: 18 paradas y un 47% de acierto. A partir de él, España recuperó todo lo que había sido hasta el imprevisto derrape en Alemania a principios de año. El meta agarró un trozo importante del viaje a París.
Pese a la sinfonía general y, en especial, del meta, la noche arrancó con un pequeño susto: 1-4 en el minuto cinco. Pero solo eso. Un amago de lo que no fue. Se afinó Joan Cañellas, quizá el veterano con más cuentas pendientes olímpicas (además de la ausencia del equipo en 2016, se perdió por una pequeña lesión la cita de Tokio), empezó a parar el guardameta, y al fin España se reencontró con España. El equipo soltó toda la pirotecnia, que es mucha: voraz en defensa y reluciente en ataque. Fueron unos minutos a la altura de su mejor versión justo cuando más lo necesitaba, cuando la nube de las dudas se había posado sobre el vestuario tras el pésimo Europeo.
Imanol Garciandia, uno de los pocos cañoneros de élite que ha sido capaz de alumbrar el balonmano nacional en los últimos tiempos, era un martillo con el brazo izquierdo, Ángel Fernández no dejaba pasar una (cinco tantos sin fallo al descanso), y Aleix castigaba a la contra. Nada chirriaba, nada desafinaba. Eslovenia se enteraba de poco, desbordada y sin respuesta ante unos Hispanos que iban cuesta abajo. Casi ocho minutos se pasaron los balcánicos a ciegas y un 6-0 colocó el 17-10 en el pabellón de Granollers, esta vez sí, mucho más poblado. Los 20 goles al descanso reflejaban un ataque ágil y casi perfecto cuando se llegó a la pausa. Y sin apenas participación de Álex Dujshebaev, que no compareció hasta el minuto 20. Su hermano Dani se quedó en la grada por una sobrecarga en la rodilla derecha que no se descarta del todo para este domingo.
La reanudación devolvió una España más terrenal, salvo en el caso de Pérez de Vargas, que continuó con su despliegue de brazos y piernas. Todo un recital, un muro con tres capas de hierro, una actuación que necesitaba. Apoyada en él, España solo tuvo que gestionar la renta ante una Eslovenia sin fe ni capacidad de réplica. Los Hispanos, a un milímetro de París.
España, 32 – Eslovenia, 22
España: Pérez de Vargas (Corrales), Gómez (3), Garciandia (6), Serdio (4), Guardiola, Cañellas (3) y Á. Fernández (5) —siete inicial—; Á. Dujshebaev (2), Solé, Figueras (1), Morros, Casado, A. García (3), Tarrafeta (3) y D. Fernández (2).
Eslovenia: Ferlin (Lesjak), Kodrin (1), Mackovsek (3), Bombac (5,3p), Blagotinsek (1), Cehte (2), Janc (4) —siete inicial—; Slatinek (1), Gaber, Zarabec (1), Horzen, Cokan, Novak, Vlah (4) y Suholeznik.
Parciales cada cinco minutos: 2-5, 6-6, 8-9, 12-10, 16-10, 20-13 —descanso—; 23-15, 24-18, 26-18, 27-19, 29-21 y 32-22.
Árbitros: Vaclav Horacek y Jiri Novotny (República Checa). Excluyeron a Guardiola (2), A. Gómez, Morros, D. Fernández, Cehte (3, 54m53s), Slatinek y Mackovsek.
Pabellón de Granollers. 4.500 espectadores.
Clasificación (pasan dos)
España, 4 puntos (+10 en diferencia de goles entre Eslovenia, Brasil y la selección)
Brasil, 2 (-1)
Eslovenia, 2 (-9)
Bahréin, 0
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