España juega el partido de su vida, ese que abre la puerta a la gloria y a la eternidad porque es toda una final del Mundial, el encuentro definitivo para un grupo que ha superado uno a uno los enredos y contratiempos tanto dentro como fuera del campo. Unión exigida por la federación porque no cambió de seleccionador en los momentos más críticos; por el propio técnico, que abrió las puertas a las que quisieran volver a ponerse la camiseta de La Roja sin mirar atrás; y por las jugadoras, que antepusieron lo profesional a lo personal y que con el paso del tiempo se han hecho piña. Enfrente estará Inglaterra, una selección que ya apeó a España en los cuartos de final de la pasada Eurocopa, a la postre campeona. “El año pasado les pasamos por encima pero el resultado es lo que cuenta y lo que quedó. Pero sé lo que sintió Inglaterra y lo que tiene de nuevo delante. Será un duelo de máxima exigencia, pero este equipo ha seguido evolucionando, creciendo, y ha demostrado que a nivel mental ha dado un paso más”, señaló el seleccionador Jorge Vilda, que, por si las moscas, aclaró: “Queremos ser las mejores del mundo”. El Olímpico de Sídney dictará sentencia.
Entiende Vilda que Inglaterra no es un rival cualquiera, que enfrente tendrán a un conjunto que le discutirá el balón y las ofensivas, que tiene mordiente y gobierno de las áreas. “Será una batalla táctica y técnica. Eso no va a cambiar. Pero es que tampoco es día de cambios. Tenemos que ser nosotros. Presionar como sabemos, atacar como sabemos, y unirlo a la lucha. Para nosotros ya se está jugando el partido y no podemos perder el foco. Y cuando el árbitro pite el comienzo del encuentro, tendremos que arrancar fuertes y acabarlo mejor porque ya hemos demostrado que los finales son importantes”. Recogió el testigo la seleccionadora inglesa Sarina Wiegman, que ya llevó a Países Bajos al subcampeonato Mundial en 2019 y a las Lionesses al éxito en el pasado europeo: “España es un gran equipo que tiene una alineación estupenda. Es un conjunto dinámico, que siempre juega a la ofensiva y que lo ha hecho muy bien durante el torneo. Aunque no ha cambiado mucho de lo que he visto en el pasado”. La central española Irene Paredes, sin embargo, le llevó la contraria: “Este equipo ha cambiado de mentalidad, ha mejorado en lo físico, en el entendimiento del juego, en sumar experiencias… Y la mezcla de juventud con la veteranía, que es combinación muy buena, nos ha llevado a tener confianza en nosotras, que, unido al trabajo, nos brinda la oportunidad de jugar la final del Mundial”. Por lo que Wiegman admitió: “Sí, España será un desafío para nosotras. Pero nosotras también lo seremos para España”.
Pase lo que pase, este Mundial es la constatación de que el fútbol femenino ya es tan profesional como planetario. “Aquí hemos creado recuerdos para toda la vida, pero lo que está ocurriendo fuera de aquí es extraordinario, sentimos a un país que acompaña al equipo y puede ser que hagamos para alguien que sea el día más feliz de su vida. Es un poder y una responsabilidad que tenemos y así lo pensamos”, explicó Vilda. Irene Paredes fue más allá: “La mayoría de nosotras hemos crecido pensando que este no era nuestro lugar, nos ponían pegas para jugar y parecía que el fútbol no nos pertenecía, al punto de que te entrenaba gente que no estaba ni preparada. Pero hemos subido de nivel. Así que si esta final sirve para que sepan que este lugar también es nuestro, que se puede y que podemos ser referentes, pues eso es también es historia y nos hace felices”, señaló Irene Paredes. Discurso que aprobó Wiegman: “Lo mejor es cuánto nos une el fútbol, reunimos a la gente, no solo en Reino Unido, también en Australia y otros países como hemos visto durante el torneo”. Pero solo habrá un equipo ganador.
“Estamos entusiasmadas con la posibilidad de ganar”, resolvió la seleccionadora de Inglaterra. Vilda también lo tiene claro, pues confía en sus jugadoras porque como sugirió hace poco, siempre lo había hecho por más que los resultados no llegaran, pues nunca en la historia habían vencido una ronda eliminatoria en un gran torneo. “Este grupo ha superado adversidades muy complejas, ha sido capaz de estar unido desde el principio, trabajando. Ganando a Suecia cuando nunca se había logrado, capaz también de levantarse, por ejemplo, de un 4-0 ante Japón, y de crear un equipo que va a jugar una final del Mundial y que aspira a ser campeón”. Y antes de irse, remató: “¡Vamos España!”. Le falta un triunfo, una victoria ante Inglaterra para ser eterna.
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