Los carburantes no dan respiro al bolsillo del consumidor, que ve cómo el aumento de la demanda por los desplazamientos en verano empuja los precios hacia arriba: en la última semana, tanto gasolina como gasóleo volvieron a encarecerse y marcan ya su séptima semana al alza, alargando la que ya era la mayor racha de subidas en lo que va de año. Desde el comienzo de la racha alcista, a comienzos de julio, el precio del litro de gasolina acumula un incremento del 7,34%, mientras que el de gasóleo se ha encarecido más de un 11%.
Según los últimos datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, publicado este jueves, el litro de gasolina se paga esta semana en España a una media de 1,710 euros, su máximo anual y una cifra que no se veía en los paneles de las gasolineras desde agosto del año pasado, con el descuento de 20 céntimos del Gobierno aún vigente. Sin tener en cuenta la bonificiación, este precio no se daba desde finales de noviembre. El gasoil, por su parte, marca 1,602 euros el litro, su máximo desde finales de febrero.
En el caso de la gasolina, hay que remontarse a abril, mayo y junio del año pasado para encontrar una racha de subidas parecida —entonces se encareció durante nueve semanas—. El diésel, por su parte, no vivía una escalada similar desde el primer trimestre de 2022, cuando el estallido de la guerra de Ucrania llevó al mercado europeo de carburantes a una dimensión desconocida hasta entonces.
Ambos combustibles se han encarecido en la última semana, pero a distintos ritmos: mientras que la gasolina se ha acelerado —su precio ha subido un 1%, frente al aumento del 0,7% de la anterior— el diésel se encarece, sí, pero más despacio: de un aumento de más del 2% la semana pasada ha pasado a subir un 1%. Desde finales del año pasado, la gasolina es un 9% más cara, mientras que el gasoil se ha abaratado un 2,5%.
El nuevo repunte de precios mantiene a los combustibles por encima de los niveles que marcaban antes de la vertiginosa espiral alcista disparada por la guerra de Ucrania. Sin embargo, están lejos de los máximos que alcanzaron en julio del año pasado, cuando ambos se pagaban a más de dos euros el litro, sin tener en cuenta el descuento general de 20 céntimos que terminó a finales del año pasado.
Con estos precios, rellenar un depósito medio —de 55 litro— cuesta, de media, algo más de 94 euros para un coche de gasolina y 88,10 para uno de diésel. Hace un año, con el descuento vigente, ambos rondaban los 88 euros. Eso sí, sin tener en cuenta el descuento, la gasolina es un 4,4%% más barata, y el diésel un 11%. Este último, a pesar del miedo a una espiral alcista por el veto introducido a los productos rusos, ha mantenido el tipo y se mantiene por debajo de la gasolina, como acostumbraba hasta el estallido de la guerra de Ucrania.
A pesar de esta racha de siete semanas al alza, el precio de los carburantes en España sigue por debajo de la media de la Unión Europea, que marca 1,81 euros el litro de gasolina y 1,71 el de diésel. Por países, Malta es el más rentable para el bolsillo de los conductores —a 1,34 euros el litro de gasolina y 1,21 el de gasoil—, mientras que Países Bajos en gasolina y Suecia en diésel son los más caros, superando ambos los dos euros el litro.
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