João Felix se incorpora a las filas azulgrana. Lo hará como cedido por una temporada después de que le Barcelona llegara a un acuerdo con el Atlético de Madrid -el técnico, Diego Pablo Simeone, no contaba con él- en las últimas horas antes del cierre del mercado estival, este viernes día 1. “Me encantaría jugar en el Barça. Siempre ha sido mi primera opción y me gustaría unirme al Barcelona. Ha sido mi sueño desde pequeño. Será un sueño hecho realidad”, resolvió durante la ventana estival. “Estoy muy feliz de estar aquí. Visca el Barça”, han sido las primeras palabras del portugués
Sonrió João Félix. También Jorge Mendes, su representante. Seguramente lo hizo Joan Laporta, presidente del club, enamorado del fútbol del portugués. Pero en el Barcelona, en cambio, fruncieron el ceño con la llegada del exjugador del Atlético, cedido y sin opción de compra. No era prioridad para el cuerpo técnico, tampoco para Deco (secretario técnico) ni Mateu Alemany (director de fútbol). Pero João Félix estará en Barcelona la próxima temporada. Un peaje glamouroso que tuvo que pagar el Barça para contar con João Cancelo, también a préstamo desde el City, deseo de Xavi Hernández, representado igualmente por Mendes. Ambos llegan a Barcelona sin opción de compra.
La ilusión del cuerpo técnico del Barcelona era Bernardo Silva. La opción se esfumó rápido: no hay dinero. Tan mal estaba la situación económica que el club tuvo que volver a recolectar dinero después de que LaLiga le vetara una de las palancas de la campaña pasada: Orpheus y Socios.com no completaron el pago por la venta de Barça Studios. El Barça, entonces, volvió a poner en el mercado a Barça Studios, ahora una versión más completa tras crear Barça Media, que sale a bolsa en Estados Unidos. El comprador fue la empresa alemana Libero. El problema fue que el dinero (40 millones) no llegó a tiempo para poder inscribir a los dos nuevos fichajes. Y como el fair-play financiero no estaba cuadrado ni siquiera con las cesiones de Lenglet (Aston Villa), Ansu Fati (Brighton) y Eric García (Girona), Laporta y su directiva tuvieron que salir al cruce con una mezcla de avales y pagares.
La artimaña financiera, que contó con el visto bueno del Javier Tebas (presidente de la LFP) según el Barça, le dio respiro a Laporta. Y a Xavi, por supuesto. Sin Bernardo Silva, el cuerpo técnico quería un interior capaz de sumarse al cuadrado que dibuja el técnico en la medular. Según el staff, como las lesiones siguen castigando a Pedri, João Félix se puede posicionar como uno de los recambios del canario y de Gündogan. “A João no lo vemos de extremo, pero sí puede jugar en la punta izquierda del cuadrado”, reflexionan en el cuerpo técnico.
La situación de João Cancelo era diferente para Xavi. El técnico y su grupo de trabajo insistían con la presencia del lateral portugués. No les importaban los enfrentamientos con Guardiola en el City (“actitud tóxica en el vestuario”, según explican en Manchester) ni que su fútbol haya pasado por desapercibido en su cesión en el Bayern Múnich la temporada pasada.
Xavi quería un lateral puro. Ni Araujo ni Koundé lo son. Tampoco Sergi Roberto. Pero el precio que tuvo que pagar Xavi para conseguir a Cancelo fue João Félix. “Suerte que nos ayuda Jorge Mendes”, advierten en el club. Sin dinero, la entidad azulgrana se encomienda a la venta de activos y a los tentáculos del agente portugués.
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