El conflicto comercial que comenzó entre Estados Unidos y China ha tenido un impacto notable en las economías de ambos países, así como en la economía mundial en su conjunto. Este enfrentamiento, iniciado en 2018, ha introducido inestabilidad en los mercados y ha tenido efectos tanto en consumidores como en fabricantes.
Inicio del conflicto comercial
En marzo de 2018, el presidente estadounidense, Donald Trump, aplicó tarifas sobre productos chinos por un monto de 50,000 millones de dólares. Esta acción se fundamentaba en acusaciones de prácticas comerciales desleales, como el robo de propiedad intelectual y la transferencia obligatoria de tecnología de Estados Unidos a China. Como respuesta, China aplicó aranceles a más de 128 productos procedentes de Estados Unidos, entre ellos la soja, que es una de las exportaciones más importantes de Estados Unidos hacia China.
Repercusión en las economías de Estados Unidos y China
Impacto en las economías de Estados Unidos y China
Por el contrario, China ha experimentado una ralentización en su crecimiento económico y en el sector manufacturero, registrando cifras bajas no vistas en décadas. La economía china ha debido ajustarse a las nuevas restricciones comerciales, tratando de diversificar sus mercados y disminuir la dependencia de exportaciones hacia Estados Unidos.
Respuestas y acciones implementadas
En reacción a las políticas de Trump, China ha implementado tanto estrategias económicas como diplomáticas. Ha aumentado su gasto militar en un 7.2%, alcanzando los 245,600 millones de dólares, con la finalidad de mejorar su capacidad de defensa y proteger su soberanía nacional. Además, ha incrementado su déficit presupuestario al 4% del Producto Interno Bruto (PIB), el nivel más alto en décadas, buscando aumentar el gasto público para mitigar el efecto de los aranceles estadounidenses. También ha ajustado su objetivo de inflación anual al 2%, reconociendo las presiones deflacionarias en su economía.
Efectos en terceros países y en la economía mundial
La disputa comercial no solo ha impactado a Estados Unidos y China, sino que también ha dejado su huella en otros países y en la economía global. Las naciones que dependen en gran medida del comercio con estas dos potencias han sufrido consecuencias adversas. Por ejemplo, una desaceleración del 0.4% en el crecimiento económico de Estados Unidos puede afectar considerablemente a economías como la mexicana, dada su estrecha relación comercial. De manera similar, una reducción del 1% en el crecimiento económico de China tendría un efecto negativo en América del Sur, que mantiene fuertes vínculos comerciales con este gigante asiático.
Futuras perspectivas
Perspectivas futuras
A medida que avanza el conflicto comercial, las perspectivas para una resolución parecen inciertas. Las negociaciones entre Estados Unidos y China han sido complejas y, en ocasiones, estancadas. La economía global continúa sintiendo los efectos de las políticas comerciales implementadas, y es probable que las consecuencias persistan en el mediano y largo plazo.