Nueve días después de las elecciones en Portugal, la incertidumbre sobre el resultado definitivo se disipa. Los datos provisionales del escrutinio del voto de los emigrantes dan, de momento, dos escaños a la ultraderecha de Chega ―que presiona para participar en el Gobierno―, uno a la coalición conservadora Alianza Democrática (AD) y uno al Partido Socialista (PS), según el diario Público. Aunque esta relación variase levemente este miércoles, cuando se concluya el escrutinio, se descarta ya que pueda producirse un viraje de última hora que permita a los socialistas adelantar a la formación de Luís Montenegro, el líder del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) que encabeza la coalición AD.
La noche electoral del domingo 10 se cerró con un discurso de victoria de Montenegro y de asunción de derrota del socialista Pedro Nuno Santos. El margen era tan estrecho (79 diputados de AD y 77 del PS; apenas 51.029 papeletas entre ambos) que el voto de los emigrantes se convirtió en un asunto crucial. El millón y medio de portugueses que residen en el exterior eligen cuatro escaños, dos por Europa y dos por el resto. El escenario, por tanto, seguía abierto.
Sin embargo, el conteo no apunta hacia un giro en la primera posición, sino a un triunfo de la ultraderecha, que ha dado nuevos bríos a la exigencia de André Ventura, líder de Chega, de entrar en el Gobierno de Portugal. “Si Luís Montenegro quiere precipitar al país en otras elecciones en siete u ocho meses, será su elección. Chega dice que está disponible y del otro lado dicen que no es no. Nosotros decimos sí es sí para construir una alternativa”, declaró Ventura el lunes, a la salida de la reunión con el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, en el palacio de Belém.
A pesar de que Luís Montenegro y otros dirigentes han repetido en público que los populistas no entrarán en el Ejecutivo, la estrategia de la ultraderecha se mantiene firme alrededor de esa demanda. Chega trata estos días de movilizar en la retaguardia a los políticos del PSD proclives al acuerdo y, en público, Ventura recorre platós para defender su derecho a cogobernar después de recibir más de un millón de votos. Tras su audiencia de hora y media con Marcelo Rebelo de Sousa, el fundador de Chega informó de que de momento no había “ningún entendimiento con AD que permita garantizar la estabilidad del gobierno a cuatro años”.
La reunión de la delegación de Chega con el jefe del Estado era delicada. Poco antes de las elecciones, el semanario Expresso informó de que Rebelo de Sousa trabaría la presencia de Chega en el Gobierno y la noche electoral Ventura recriminó este veto. El lunes, según Ventura, Rebelo de Sousa desmintió la noticia y dijo que no obstaculizaría la entrada de la ultraderecha en la gobernación. El presidente de la República colgó una nota en su página web recordando que no comenta las entrevistas con los dirigentes políticos. El miércoles recibirá a Luís Montenegro, después de haberse reunido este martes con la delegación del PS.
Los socialistas en la oposición
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Después de asumir el liderazgo del partido hace apenas tres meses, en un proceso armado a toda prisa para resolver la crisis causada por la dimisión del socialista António Costa, Pedro Nuno Santos quiere afianzarse al frente de la oposición, sacudirse los errores de la gobernación del ex primer ministro y armar un proyecto que vuelva a conquistar a los electores perdidos. El PS fue incapaz de retener en estos comicios el apoyo de más de medio millón de personas que habían confiado en la formación en enero de 2022, cuando le dieron una histórica mayoría absoluta. Tras su entrevista con el jefe del Estado, el líder socialista reiteró este martes el mensaje de la noche electoral: “El país necesita un Gobierno estable y fuerte, pero también una oposición estable, fuerte y sólida, que es lo que nosotros seremos”.
Pedro Nuno Santos, sin embargo, lanzó una oferta al centroderecha que le permitirá respirar de alivio al menos unos meses. El PS está dispuesto a negociar un presupuesto rectificativo para permitir mejoras salariales a policías, profesores, sanitarios y auxiliares de justicia, que llevaban meses de protestas contra el Gobierno de António Costa. “En materias donde hay posibilidad de entendimiento, estamos disponibles. No hay razón para arrastrar los pies”, afirmó el secretario general del PS, que recordó que las reivindicaciones retributivas podrán atenderse gracias a la situación financiera que deja el equipo de Costa. Además, se ofreció a consensuar una solución definitiva para el nuevo aeropuerto de Lisboa, atascado desde hace más de medio siglo.
El escrutinio provisional del voto exterior avanzado por Público señala que Chega es el partido más votado en Europa y AD, en el resto. El PS es segundo en Europa y tercero en los demás continentes. De momento, se han contabilizado sufragios de 140.000 electores, con un porcentaje muy alto de votos anulados por incumplir la exigencia de identificación. La participación del exterior acostumbra a ser muy baja (apenas el 11% en las anteriores elecciones), pero en esta ocasión ha acompañado la participación masiva que se ha registrado en Portugal, que llegó al 66,23%.
La ultraderecha de Chega, que recibió 1,1 millones de votos, podría llegar a 50 escaños en la Asamblea de la República si finalmente obtiene dos más. Si la gran afluencia electoral de los emigrantes sigue la pauta del 10 de marzo, el partido de André Ventura podría seguir dando sorpresas, ya que gran parte de sus apoyos proceden de antiguos abstencionistas.
Alexandra Leitão, secretaria nacional del PS, señala que la comunidad portuguesa en Brasil, una de las más numerosas, tiene simpatía por el bolsonarismo, una corriente que se orientará hacia Chega. La sintonía entre André Ventura y Jair Bolsonaro fue patente durante la protesta organizada por Chega contra la presencia del presidente Lula en la Asamblea de la República para conmemorar la Revolución de los Claveles el año pasado.
Se prevé que el presidente de la República encargue a Luís Montenegro la formación del próximo Gobierno. El PSD parece dispuesto a negociar medida a medida con la oposición. Si ahora reciben un balón de oxígeno de los socialistas, la prueba de fuego será la votación de los Presupuestos del Estado para 2025 en otoño. Ahí, Pedro Nuno Santos ya anunció que votarán en contra para dejar claro que son una alternativa. Algunos dirigentes del PS abogan por facilitar la estabilidad gubernativa a Montenegro. Otros, por el contrario, alertan sobre el riesgo de debilitamiento de la organización si se convierten en muleta de la gobernabilidad del centroderecha. El PS reunirá a su comisión nacional, máximo órgano entre congresos, el sábado para analizar el escenario electoral y definir la estrategia.
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