Bucarest ha calificado este miércoles de crimen de guerra el ataque ruso al puerto ucranio fronterizo con Rumania. Al comienzo de la guerra en Ucrania, en febrero de 2022, el puerto de la pequeña localidad de Izmail, donde se encuentra la infraestructura ucrania más grande con salida al Danubio, se convirtió en uno de los pasos de huida de los ciudadanos para escapar del asedio del ejército ruso y en vía de entrada para la ayuda humanitaria. Justo un año y medio después, un silo de cereales de esta población, ubicada en la región ucrania de Odesa, a tan solo a pocos metros de la frontera con Rumania y a 15 kilómetros de la ciudad rumana de Tulcea, resultó dañado durante la madrugada de este miércoles tras varios ataques con drones rusos. La incursión ha afectado gravemente al transporte del grano ―con 40.000 toneladas de cereal destruidas, ha detallado Kiev― y ha provocado una dura respuesta por parte de Bucarest, al tildar la ofensiva de “crímenes de guerra”.
“Los continuos ataques de Rusia contra la infraestructura civil ucrania en el Danubio, en las proximidades de Rumania, son inaceptables”,ha escrito el presidente rumano, Klaus Iohannis, en su cuenta de Twitter. “Son crímenes de guerra y afectan aún más a la capacidad de Ucrania para transferir sus productos alimentarios a los necesitados del mundo”, ha subrayado el jefe de Estado, quien ya lamentó el pasado 24 de julio otro atraque, también con drones rusos, en el puerto ucranio de Reni, igualmente colindante con Rumania.
“El mundo debe reaccionar”, ha respondido el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, que ha denunciado a “los terroristas rusos” que atacan “de nuevo puertos, cereales y la seguridad alimentaria mundial”. El ataque, que causó daños significativos al silo de cereales en la infraestructura portuaria, crucial para la exportación, sucedió después de que varios cargueros civiles arribaran al puerto de Izmail el domingo, a pesar del riesgo de ser atacados por las Fuerzas Armadas rusas.
El Ministerio de Defensa de Rumania ha condenado el ataque de Rusia al puerto de Izmail, aunque también ha precisado que “no se han identificado amenazas militares directas al territorio nacional o las aguas territoriales de Rumania”. Además, ha indicado que vigila de manera constante la frontera de la OTAN. “El Ministerio de Defensa condena enérgicamente la agresión armada de la Federación Rusa contra Ucrania y la continuación de los ataques injustificados e ilegales contra áreas civiles y elementos críticos de infraestructura de Ucrania”, han dicho. El Ministerio también ha remarcado que “aplica medidas reforzadas de vigilancia establecidas de acuerdo con los planes nacionales y aliados, monitorea permanentemente el espacio terrestre, marítimo y aéreo nacional y coopera con las estructuras de la OTAN para fortalecer la defensa en todo el flanco oriental y disuadir cualquier agresión contra el territorio aliado”.
Los puertos fluviales de Izmail y Reni se han vuelto vitales para la salida de productos agrícolas ucranios hacia el puerto rumano de Constanza, después de que Rusia abandonara a mediados de julio el acuerdo de grano del Mar Negro, que permitía a Kiev a exportar sus cereales pese a la guerra. Los drones del miércoles, de tipo Shahed, fabricados en Irán, apuntaron al sur de la región de Odesa desde tres puntos: Kursk, Primorsko-Ahtarsk y Ceuda, en la región de Crimea ocupada por los rusos, ha indicado el ejército ucranio en su canal de Telegram, sin especificar la ubicación. También han explicado que “el objetivo era la infraestructura portuaria e industrial de la región”. En un comunicado, el fiscal general de Ucrania ha asegurado que hubo daños en esas instalaciones, en concreto un elevador, varios silos de cereales, tanques de terminales de carga, depósitos y locales administrativos. Desde mediados del pasado mes, el Kremlin ha multiplicado su ofensiva contra las infraestructuras portuarias ucranias.
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