El programa Artemis de la NASA, que pretende enviar nuevos astronautas a la luna esta década, se enfrenta a nuevos reveses. Recientemente, la agencia espacial anunció que la misión prevista para 2026 se pospuso hasta mediados de 2027. Además, ahora se ha reprogramado una misión de exploración lunar que se suponía que aterrizaría en la Luna en septiembre de 2025. a partir de 2026.
Estos retornos se deben en parte a complicaciones con la cápsula Orión, que fue diseñada para transportar astronautas en estas misiones. La NASA ya estaba al tanto del problema con el escudo térmico de la cápsula, que resultó dañado inesperadamente durante la misión no tripulada Artemis I que llegó a Cabo en 2022.
El administrador de la NASA, Bill Nelson, dijo que ha realizado pruebas exhaustivas para identificar problemas con el regreso de los astronautas a la luna. Estas pruebas ayudaron a descubrir la causa subyacente de los problemas del escudo térmico.
Pam Melroy, directora ejecutiva de la NASA, explicó que el problema está relacionado con cómo la cápsula Orión vuelve a ingresar a la atmósfera terrestre luego de regresar al espacio profundo. El barco utiliza una técnica conocida como «reentrada por salto» para acercarse a una roca que salta sobre el agua para frenarla. Este método es necesario porque la cápsula debe disipar la alta velocidad y la energía, que es mucho mayor que cuando regresa de una órbita terrestre baja.
Sin embargo, durante el reingreso de Artemis I, el calor se acumuló en la funda exterior del escudo térmico, lo que provocó que el material se descompusiera inesperadamente. Para solucionar este problema, la máquina de la NASA ajustó el radio de Artemis II.
Este anuncio es solo el último de una serie de presentaciones relacionadas con el Programa Artemis de misión crítica de la NASA. Con el tiempo, la agencia realizó varios cambios en su cronograma mientras se preparaba para Artemis II, la misión que llevará a los astronautas al espacio profundo. Ahora solo si se tiene en cuenta el vuelo cardíaco no tripulado conocido como SLS (Spatial Landing System), previsto para 2022.
La historia de fondo comenzó con la batalla para alunizar Artemis III, la misión que llevó a los astronautas a la superficie de la Luna y el objetivo de la NASA para la presidencia de Donald Trump. Antes de que partiera la carga, la agencia planeó un viaje de ida y vuelta para 2028. Pero en 2019, el entonces vicepresidente Mike Pence anunció que la administración presionaría a la NASA para acelerar ese cronograma con el objetivo de un viaje de regreso en 2024.
La autoridad competente decidió acelerar la alianza con China en la carrera espacial. Los funcionarios de Washington han expresado su preocupación por la pérdida de la supremacía del estado en el espacio. En el evento de presentación celebrado en abril de este año, los representantes chinos confirmaron su intención de enviar astronautas a la Luna antes de 2030.
Nelson también destacó la importancia de que Alunice de la NASA esté ubicado en el polo lunar, una región que parece contener valiosos depósitos de hielo de agua. Esta atracción puede convertirse en combustible para los compañeros o incluso en agua potable. «Es vital que aterricemos en el polo sur para no ceder esa parte de la Luna a los que están allí», dijo Nelson, elogiando la experiencia actual de exploración lunar.
A pesar de los desafíos y consecuencias, el programa Artemis sigue siendo un elemento central de la visión de la NASA para el futuro de la exploración espacial. La agencia está comprometida a superar los obstáculos técnicos y administrativos para el regreso de los humanos a la Luna. Mientras el mundo observaba, la NASA buscaba no sólo hacer historia, sino también establecer una presencia sostenible en la Luna que sirviera de trampolín para futuras misiones a Marte y más allá.
La importancia de esta misión no radica sólo en la historia de la exploración, sino también en la posibilidad de realizar descubrimientos científicos con la exploración lunar. La Luna, con sus recursos naturales y su proximidad a la Tierra, es un laboratorio ideal para la exploración espacial. El conocimiento adquirido durante Artemisa y otras misiones puede proporcionar información valiosa sobre la formación del Sistema Solar y la historia de la Tierra y su clima.
En la planificación de futuras misiones, la NASA también está trabajando en la cooperación internacional en la exploración lunar. La cooperación con otras naciones y agencias espaciales enriquece el programa Artemis y contribuye a la creación de una comunidad global de exploración espacial. Esta cooperación podrá incluir el intercambio de conocimientos, tecnologías y recursos que beneficiarán a todos aquellos involucrados en la búsqueda de nuevos horizontes en el espacio.
A pesar de estos desafíos, el compromiso de la NASA con la exploración lunar y su visión para el futuro son más fuertes que nunca. Con una serie de misiones planificadas y una creciente base de ayuda internacional, el programa Artemis tiene el potencial de transformar nuestra comprensión del espacio exterior y abrir nuevas oportunidades para la humanidad. La exploración lunar no es sólo un paso hacia Marte, sino que también puede ser la clave para resolver muchos de los desafíos que enfrenta nuestro planeta, como el acceso a los recursos naturales y la sostenibilidad.
La NASA continúa avanzando con determinación, superando obstáculos y apuntando a un futuro donde la exploración espacial se convierta en una realidad para todos.